miércoles, 7 de julio de 2010

EPIDEMIA



Cuando estaba regresando a casa del trabajo, comencé a sentirme mal, con síntomas típicos de una gripe normal: fiebre, tos, estornudos.Pronto la cosa se puso más crítica, pasaron tres días y cuando consideré que estaba listo para trabajar, me sentía con los mismos, agregándole a esto, mucho desgano,ya que la forma en que estos se manifestaban era muy única por la fuerza con que arreciaban, me estaba comenzando a preocupar, desde marzo de 2009 en México se había propagado la gripe porcina o (H1N1) que ya había cobrado muchas vidas, una variación del letal virus de la influenza humana con síntomas, mucho más devastadores y crueles, el virus se había propagado con asombrosa rapidez, esto obligó a los gobiernos de todo el mundo a tomar medidas al respecto, los vuelos procedentes de este país habían sido retrasados por un tiempo, los ciudadanos sometidos a un riguroso escrutinio , en Londres cobró la vida a considerable cantidad de personas igual que en Escocia, tomé la decisión de ir al hospital.
En ese entonces, vivía en la localidad de Peckham, y el más cercano era el King´s college Hospital en Camberwell. Alisté todo, y cuando llegué allá en la sala de urgencias, había un aviso gigante que decía “if you suspect you got flu follow this instructions” el memorial le hacía a uno devolverse hasta la casa, y desde allí llamar a una ambulancia del Nacional Health Service, (servicio de salud).
Como vivía en la casa de los ecuatorianos, el mayor temor que tenía era el de contagiar a los niños, ya que mi cuarto , quedaba al lado de ellos, temía que pudieran contagiarse, de manera que lo mejor era, reservármelo, no decir nada, llamé a Simón, un amigo italiano con conocimiento en medicina naturista y el me dijo que fuera a una tienda llamada Holland and Barret, por unos medicamentos naturales uno en particular llamado propolis, un dulce enriquecido con miel de abejas, que no consumiera nada químico, muy bueno para combatir los síntomas del resfriado.
El ambiente en Londres era de total alerta, se veía a la gente con sus máscaras de oxígeno, se sospechaba de cualquiera que estornudara, para el mes de agosto Se había anunciado la creación de una vacuna contra el mal. El único medicamento que combatía los síntomas de la gripe porcina era el Tamiflu, que no era más que un fármaco paliativo que mermaba los síntomas.
ña gripa paso por muchos sin fijarese en clase, condición social o nacionalidad y sus efectos fueron devastadroes. No fue, sino hasta finales de octubre que la confianza volvió y aunque no se trataba del virus del Ebola, ni de la gripe del pollo fue algo muy muy lesivo para todos, había dejado muchas víctimas detrás.
Lo mas paradójico de todo es que nunca me sometí a un examen, en parte fue un irresponsable y dejé todo al destino, pero nunca me enteré ni me enteraré si lo que tuve fue este tipo de gripe y que gracias a mis buenas defensas, el consejo de mis amigos y algo de reposo, no tuvo las consecuencias desastrosas que si tuvo con muchos,.

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