miércoles, 7 de julio de 2010

LA ESCUELA






La mayoría de los colombianos, en un rango de edad de 18 a 30 años que vienen a Inglaterra, lo hacen en calidad de estudiantes. Recomiendo especialmente tener en cuenta varios factores a la hora de elegir una escuela, como le dicen a las academias de inglés. Es importante saber que se quiere, que se viene a hacer, para donde se va, ya que la prioridad es diferente para cada uno.
No es lo mismo llegar después de terminada la secundaria o hacerlo con un diploma en mano. Para muchos el colegio es una justificación de fondo, para otros es un propósito venir a trabajar y ganar dinero por un tiempo, viajar a Europa, o quedarse a residir empezando de cero en un país que abre las puertas para quienes estén dispuestos a hacer un sacrificio enorme.
Había escogido estudiar en Wimbledon una zona ubicada en el sur de Londres. Otrora un suburbio de las clases acomodadas que asistían a presenciar el campeonato más famoso del deporte blanco sobre hierba, la expansión circular de la capital había absorbido a locales y foráneos.
Decidí tomar un curso de ocho meses como requisito para obtener una visa de estudiante que en ese entonces (mayo 2008) autoriza a trabajar por 20 horas a quienes estudian en el país un curso mayor a quince horas semanales.

MIS COMPAÑEROS DE CASA

Después de fumar su cigarrillo esa mañana Bahadir, el compañero turco con el que compartía me esperó para hacer la ruta de la casa en Croydon , el recorrido duro poco menos de media hora, primero, el tranvía en la estación de Therapia Lane hasta Phipps Bridge, de ahí el bus numero doscientos (200) hasta una cadena de supermercados llamada Sainsbury, su equivalente en Colombia a almacenes éxito o la francesa Carrefour.
Creí que el director de la escuela me ubicaría en un sitio más cercano.
La escuela era solo una casa grande, entrando ahí una pequeña recepción una cocina y una biblioteca eso era todo.
¿Se le ofrece algo? Pregunto la recepcionista,
Le mostré a Kelly, la recepcionista colombiana el certificado de aceptación de la escuela. Primero tendría que hacer una evaluación para determinar el nivel, al que iba a entrar.
En el examen estaban contenidas todas las formas de tiempo, pasado simple, presente perfecto condicional, comprensión de lectura, evaluación de escucha y conversación.
Tras algunas imprecisiones en gramática, Patricia Sweet como se llama la docente me evaluó mi nivel de ingles en intermedio, me llevo a su salón, unas preguntas de presentación me pregunto por mi nacionalidad, sabia algo de Colombia por Ingrid Betancur que en ese tiempo seguía secuestrada en manos de las FARC, era un caso sonado en la vecina Francia más no en Inglaterra. Luego mis compañeros presentaron. Una mezcla de nacionalidades: Brasil, Corea Turquía, algunos de Europa Oriental y porsupuesto colombianos.
La metodología de la profesora Sweet enfatizaba la lectura y la pronunciación utilizando la repetición revisaba cuidadosamente la fonética.
La primera percepción de su clase me hizo acordar de los ejercicios de primaria con la cartilla en la mano.
En el horario de 9 a 12:30 tenia la ventaja de trabajar medio completo en la tarde y en la noche, pregunte a los paisanos en que trabajaban, uno me respondió que en un gimnasio, otro que en Starbucks Coffe, necesitaba algo para comenzar. Le pregunte a la recepcionista sobre la posibilidad de vivir cerca de la escuela, le pregunté al director y el en persona me dijo que no se podía hacer nada.
La escuela tiene eventos sociales, salidas a los teatros, a partidos de fútbol a atracciones turísticas de Londres, con grandes descuentos para estudiantes, salidas a los pubs, etc...
El próximo evento que llamaba la atención de todos era el torneo de tenis de Wimbledon que se llevaría a cabo en junio próximo.
La señora Pierce me había comentado de un compañero del otro salón que vivía en su casa Julio Palomeque, que el vivió en mi habitación unos meses atrás. Todos sugirieron que hablara con el si de materia de trabajo se trataba.
Julio es de Quibdo (Choco), vivió mucho tiempo en Medellín, termino su carrera de Ingeniería Química en Medellín. Había llegado a Londres en febrero pasado, tenia planeada hacer una especialización en Nanotecnologia, de allí habría una amistad, memorable en este viaje.
El me ayudaría en la búsqueda de trabajo en su empresa, me dijo que lo acompañara a hablar con el jefe.

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