Para los que quieran entrar en contacto con la meditación escribo esta experiencia que es muy útil, sobre todo si se trata de mantener el equilibrio estando sólo y lejos de casa.
Entré en contacto con la práctica de la meditación en la Universidad Santo Tomás, por allá en el año de 2001, cuando el mundo cambiaba radicalmente de configuración yo entraba a una revolución interior por medio de un libro de meditación zen. Comencé a practicar, en la casa, ponía el reloj despertador, una almohada vieja, cedía rápidamente a las exigencias de esta disciplina, escrutaba diferentes textos y escuelas, tales como: meditación trascendental, yoga, gnosis, meditación tibetana, etc…
La profundización se dio después de realizar un retiro espiritual (en japonés conocido como Sesshin) y como dice el maestro tailandés de nombre Thich Nath hanh, una vez se abren las puertas de la gran mente, estas nunca se vuelven a cerrar.
Siempre tuve el sueño de ir a conocer Asia, un país con una tradición profunda de meditación como India, Tíbet o Tailandia, pero sabía que en Londres hallaría todo eso junto, creo que el objetivo de venir a una ciudad como esta no es solo de aprender un idioma, sino entrar en contacto con una cultura milenaria, que desde nuestro punto de vista geográfico, parece recóndita y escondida. El primer sitio de meditación que visité fue el del Soto Zen, ubicado en el centro comunal de Ronald´s Road en la localidad de Islington, la meditación consiste en “sentarse y solo sentarse” como lo dice el maestro Taisen Deshimaru, dejar parar la corriente de pensamientos. Se reúnen los días jueves a las 7: 30 PM, con frecuencia hacen retiros en ciudades inglesas como Oxford, Manchester, Brighton, etc.
En Finsbury Park, hay una comunidad coreana, llamada Kwam Um, en realidad es una casa grande que funciona también de monasterio, para las personas que deseen vivir allí, el color de sus hábitos es gris, y la diferencia que hay entre esta clase de meditación y el zen, es que aquí, se turna con prosternaciones y cánticos. Por medio de Simon, un amigo italiano, tuve la oportunidad de entrar en contacto, con el centro, los famosos, “Hare Krishna” de la rama del hinduismo, que se reúnen en Oxford Street para cantarle a todos los santos de la India: Shiva, Brama y demás
Cabe destacar que una de las comidas más apetitosas es la vegetariana que consiste en arroz, fríjoles y Curry, por 8 libras se consigue un buffet, lleno de buena comida. El también me llevó a visitar a un Gurú de la India en algún lugar cerca de la estación de Honor Oak, una sala vacía con cánticos e instrumentos típicos como el citar y el laúd y el gurú quién lee la palma de la mano. A mi me dijo que después que cumpliera 29 años, grandes cosas iban a llegar a mi vida, aún no los cumplí, habrá que ver a que se refiere. Tuve la oportunidad de conocer el gran monasterio de Amaravati en Herdfordshire, cerca de Hemel Hempstead. De tradición tailandesa del bosque, llenaba la hermosa campiña inglesa con su estupa, este centro acoge a monjes de varias nacionalidades, no sólo europeos, sino también asiáticos. El tipo de meditación Vipassanna es algo difícil de explicar. Hay una libertad de entrar a la Stupa que es como se conoce al templo budista, no tiene la estructura de tiempo, como está dividida en el zen y cada quién puede permanecer en el templo, el tiempo que desee, el interior es hermoso, bien predispuesto hay un Buda gigante, dorado, adornado de todos los ornamentos propicios de un santuario: velas flores: una alcancía para la ofrenda e incluso al frente de la imagen.
Llegaban personas a entregar ofrendas a rezarles y adorarlas como si se tratara de un santo. Es algo similar a lo que pasa en la religión católica, con las numerosas novenas, oraciones y devocionarios que hay en las iglesias y la sobre-importancia que le dan a estos, dejando de lado, la relación con Dios directa y sin ataduras, recuerdo de manera anecdótica.
En Wimbledon tuve la oportunidad de conocer el gran monasterio de Buddhadadipa, cerca de Wimbledon common, de la misma tradición Theravada, del bosque Tailandes, fue un espacio muy cercano a la escuela en un entorno semirural cerca de Richmond Park.
Al final del viaje, en marzo tuve la oportunidad de compartirlo con Jimena Arias una amiga colombiana, con una gran disposición para la meditación, me dijo que había tenido una experiencia mística con una regresión, a lo que respondí que no tenía nada que ver con eso aun así, seguía interesada. El primer día, un domingo fuimos a una introducción con un monje polaco que había tenido la oportunidad de viajar a Tailandia a un monasterio en el norte de este país que afirmaba “es una Nación de contrastes” que la gente le llamaba la atención por diversos motivos, algunos iban atraídos por las playas, el clima, otros por entrar en contacto con la fusión de la cultura thai, asiática, otros por la prostitución y el homosexualismo, el se sorprendió que un par de colombianos, de una cultura tan diferente, estuvieran tan interesados en meditación, nos dio la introducción, que fue una sentada de aproximadamente 45 minutos, luego, de pie y posteriormente, caminada. Al final, un sutra, que es una “puja, en otro cuarto, a mi me impresionaba de sobremanera, la manera como este templo estaba adornado, su interior un vívido fresco, con pinturas en pared y techo del príncipe Siddharta Gautama su vida de hijo de rey acomodado que dándose cuenta de la impermanencia de la existencia y el dolor del sufrimiento humano, decide emprender un camino de búsqueda e introspección, hasta alcanzar lo que se conoce como el nirvana o iluminación, trataba de buscar comparaciones como el barroco que hay en una iglesia católica o los acabados de interior italianos del renacimiento. Habían similitudes, pero también diferencias, el interior de una iglesia está pensado en reflejar la grandeza de Dios, la omnipotencia de recrear pasajes bíblicos, las mezquitas como una magnificencia de la sobriedad, ya que el Islam prohíbe la recreación de imágenes de seres humanos o de animales por tratarse de una religión monoteísta, que no brinda culto a reproducciones. Ese salón tenía un ambiente particular y único, una atmósfera de paz incomparable,. Yo me incorporé en la meditación absorto y sereno y era una sensación incomparable.
Al salir, el mundo seguía siendo mundo, los problemas se hacían más livianos, había cambiado, desde el interior. Recomiendo personalmente la práctica de la meditación como algo que debería intentarse al menos una vez en la vida, una sabiduría profunda que nos permite conectarnos con nuestra naturaleza.
En Londres, testigo de un intercambio de culturas, Este Oeste, Europa. América Latina, Asia, presencie un fenómeno llamado transformación cultural. Cada vez el este está interesado en el oeste y viceversa, en todos los aspectos, político económico y social y en Londres, tuve la oportunidad de ver hindúes o coreanos, convertidos al cristianismo y a su vez ingleses, franceses, alemanes o latinoamericanos, interesados en la meditación, el yoga y el budismo, vipassana, cada vez es mas notorio en Occidente se construyen templos, monasterios (El salvador) la gente está más interesada en el conocimiento de si mismo. Vengo de América Latina, una tierra muy diversa que recibió las esperanzas de Europa, una tierra que ahora le da acogida a las enseñanzas de la meditación.
Y ahora termino con estos versos desde el templo:
Un respiro, vital acogida del universo entero
Tomando la misma bocanada de aire
Que baja desde las montañas de la sabana
A aquel que viene en forma de viento helado,
El del mar del norte
Una enseñanza verdadera solo comprobada por sí mismo
No se compromete al escrutinio de la mente
Ni a las marañas inentendibles del juicio
Las formas son miles, los colores infinitos
Los defectos corroen la cualidad del ser
Que solo ve por entre la limpia ventana del ojo despierto
No hay ningún templo, ni pagoda, ni estupa, ni iglesia, ni mezquita, ni sinagoga, ni torah, ni Biblia, ni Corán, ni Sutra que devele, la verdad que está al frente de mis ojos
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