miércoles, 7 de julio de 2010

Edimburgo (Escocia) la Atenas del Norte




Un destino muy atractivo en el Reino Unido son las tierras altas de Escocia: un lugar encajado en el extremo norte de las islas, pequeño en superficie, pero que siempre ha despertado todo tipo de admiraciones por la reunión de maravillas naturales que contiene en su interior.
Tierra del sol norteño que se refleja en los blancos picos nevados por donde se divisa la inmensidad lejanía de las celestes aguas del mar del norte.
Había decidido viajar por tierra para conocer el interior del Reino Unido.
Distante, 535 kilómetros o lo equivalente a 7 horas y media en línea recta. Por la ventana del tren se observa ese tapizado verde que cubre esta isla, más bien homogéneo para nuestros ojos acostumbrados a los paisajes tropicales. Venados, vacas, caballos, descansan en este mundo rural tan apacible y distante de las solicitudes mundanas. Tan cerca y tan lejos. Se ven los otros ingleses, los de provincia.
En camino hacia Edimburgo se cruzan las “Midlands” o tierras medias. De transición entre la llanura y la montaña, pasando ciudades como: Milton Keynes o Sheffield.
Al final del recorrido se llega a la costa de Escocia, junto al Mar del Norte. Mi bus llega cerca de la Plaza de Saint Andrews en Edimburgo.
Cabe destacar la organización y puntualidad en las estaciones. Los trenes mas despejados de pasajeros. Me oriento en dirección a la salida para encontrar la oficina de turismo, que en realidad era una casilla. El agente de información con un acento inglés notablemente diferente, indica el camino para llegar al hotel “COWGATE”. Debo salir hacia St James.
Después de instalarme, lo primero que hice fue tomar el recorrido por la ciudad en los principales sitios de atracción. “New Tour”, una empresa creada en 2003 por un grupo de jóvenes universitarios. Nos reunimos en una antigua iglesia perteneciente a la iglesia de Escocia en Edimburgo alto, la mañana era primaveral, los residentes colgaban sus mejores ropas de invierno, pues esta ciudad que comparte mar con montaña tiene un clima bastante variable por la frecuencia de las corrientes de distinta procedencia.
Vimos el monumento a Greyfriars Kirk la historia real de un perro que se convirtió en leyenda,“Greyfriars Bobby” era el fiel compañero de un policía llamado John Gray quien vivió alrededor de 1856. John y el perro se convirtieron en amigos inseparables hasta 1858, cuando John muere de tuberculosis y es enterrado en el cementerio. Su perro “Bobby” se hizo famoso por permanecer durante 14 años en la tumba de su amo todas las noches hasta su propia muerte en 1872. “Bobby” era un Skye Terrier, conocido por su lealtad y compañerismo. Esta raza se hizo famosa entre la nobleza debido a esas cualidades.
Después de escuchar la historia del perro más noble de Escocia. Llegamos a “The Scotch Whisky experience” Un equivalente a Bourdeaux o Provence que hacen lo suyo con el vino. Es como sentarse en Alemania en un Bierkeller (sótanos donde se sirve el café que muestran el proceso de fabricación de una cerveza o el mismo Parque Nacional del café
Cerca de la casa se ubica el Castle Hill, un monumento a la opulencia y la fastuosidad. Propio de su época, colosal fuerte e inerme en lo más alto de una montaña volcánica.
El famoso y celebre castillo de Edimburgo, imagen de la ciudad, sus murallas, son historia viva, testigo de la historia de Escocia, como país independiente del Reino Unido, las altas fortificaciones, los gruesos muros, las trincheras, en todos los flancos recordaban los tiempos feudales, en donde los guerreros.
La entrada, con un precio para los estudiantes de £ 10.40 y no estudiantes de £ 13.
Existe una experiencia que evoque los tiempos medievales, sin duda es el entrar en el castillo de Edimburgo.
Viendo estos castillos, uno recuerda a Mel Gibson en su célebre actuación de corazón valiente, dando la vida por su rey, intentado defender la soberanía de un país ante el invasor ingles.
Ver las fortificaciones, los puestos de los cañones y las viejas garitas, dan una similitud con el fuerte de Cartagena. Al pasar de la taquilla, una anécdota es ver las cabinas rojas de los teléfonos londinenses. Uno de los guías del castillo me dijo que en los más de tres años, que lleva en dicho lugar. No había visto a nadie haciendo uso real de las cabinas, fuera de las fotografías obligadas.
Una vez caminando dentro por enormes pasillos, colina arriba, por callejuelas empedradas, flanqueadas por los nichos donde se instalan los cañones con un muro hacia el Mar del Norte. A un lado del pasillo un maniquí gigante, representado al típico escocés enfundado en su fastuoso traje con el “Kilt”, la falda escocesa con sus representativos rayos, su saco rojo, su sombrero, su infaltable gaita, en este punto, la encrucijada de caminos ya se confundían . Le pregunte a dos guías locales se llegar al centro de la edificación y la parte más alta del castillo, me indica que debía seguir ascendiendo por senderos llenos de apellidos reales, reyes, princesas, nombres, soldados caídos combate.
Después de media hora llegué a lo que se puede definir como la plaza de un pueblo en donde se erigía una ermita. Entré y se trata de una capilla erigida en honor a todos los ciudadanos escoceses caídos durante todos los conflictos, a lo largo de la historia, desde las guerras medievales, hasta la Primera y Segunda Guerra Mundial; un homenaje a todos los hijos de esta nación que en su determinada labor, infantería, artillería aviación.
La vista de la ciudad es una imponente combinación de cielo, montaña y mar, se alcanza a divisar la vecina Leith, que recibió la expansión urbana de Edimburgo.
Cabe destacar la topografía montañosa de esta ciudad con la costa y la acción de los glaciares que la mueven durante la edad de hielo dejando como elemento más representativo la torre del castillo. Todavía se ven las marcas del incendio del 2002 que destruyó el departamento de informática de la universidad y parte de la biblioteca.

Al salir del castillo había tiempo para visitar la Universidad de Edimburgo, fundada en el siglo 16, reconocida por la calidad de su enseñanza e investigación y una herencia de la Unesco, esta institución está fuertemente relacionada con la identidad de la ciudad ya que su casco histórico, perteneció a la ciudad. Estudiantes famosos de esta Universidad destacan, Charles Darwin, Adam Smith y Gordon Brown además que la universidad tiene 9 premios nobel.
La Universidad Heriot-Watt que comenzó siendo un centro vocacional para las clases medias debido a la ausencia y el dominio de las Grandes Universidades. Abre con el nombre de Escuela de Artes de Edinburgo en el siglo XIX. Y se consolidó durante el siglo 20, desarrollando una amplia reputación en el campo de la ciencia e ingeniería, convirtiéndose en universidad en 1966.
Otra célebre Universidad es la Queen Margaret que fue fundada como una institución solo para mujeres con el objetivo de mejorar el acceso a la mujer a una educación superior. Inicialmente las actividades son con el Museo Real hasta convertirse en institución formal en 1877. Destacan hoy en día su escuela de Emprendimiento y Mercadeo, Artes y Ciencias Sociales, y Ciencias de la Salud.
En 2008, la universidad finalizó 3 campus al este de Edimburgo. Costando 100 millones de Libras Esterlinas siendo el mayor de Escocia, el nuevo campus cubre 35 incluyendo los edificios, aéreas comunes como gimnasio y restaurantes y residencias estudiantiles de más de 800 habitaciones
Todas las universidades junto con la ciudad hacen parte del festival de Edimburgo, muy famoso a mitad de año por sus presentaciones en diversas artes escénicas, música clásica, opera, teatro, exhibiciones de arte visual, conversatorios etc.. La idea de realizar un festival se llevó a cabo, después de la segunda guerra mundial como una idea para motivar y ensalzar las actividades del espíritu humano, en toda la extensión de la palabra y hoy sigue llenando los corazones de todo el mundo de risa y alegría, congregando muchos visitantes e incluso tiene también su festival paralelo.

Recomiendo especialmente esta ciudad porque es una de las mas bellas de Europa en arte y cultura al igual que en espacios naturales. Esa es la ventaja de Reino Unido, uno puede viajar ochenta o cien kilómetros y ya encuentra todo un nuevo mosaico, de personas, costumbres, tradiciones, comidas y acento, venir a Edimburgo es venir a un espacio nuevo.

En estas tierras altas, a unas pocas horas de distancia se descubre la verdadera esencia de la cultura británica. Si Escocia tuviera 2 ó 3 grados centígrados más de temperatura, se convertiría en un lugar mas apacible para vivir , pero dejaría su encanto tan ártico y tan salvaje y sería como un Londres, perdería su encanto prístino de las tierras altas, Es mejor dejarse seducir por ese misticismo salvaje, de una tierra aun no explorada en su totalidad.

Misteriosa y secreta

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